Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Cada gesto suyo era pura maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, https://janicebgfo521855.smblogsites.com/38621795/zidane-y-el-cabezazo-que-definió-su-despedida